Phoenix.- Al comienzo de los Entrenamientos de Primavera de los D-backs, el jardinero David Peralta y el inicialista Paul Goldschmidt se sentaron con el manager Chip Hale para comunicarle un mensaje.

"Desde el primer día de los entrenamientos, vinieron y me dijeron que querían ser los líderes en el club house", recordó Hale. "Él y Paul pensaron que ya era el momento para ambos. Queremos que esos muchachos estén a cargo del club house y que ellos supervisen lo que ocurre en vez de que un coach esté ahí cada dos segundos hablándoles a todos. Entraremos cuando sea necesario, pero ése es el refugio de ellos".

Peralta es un líder expresivo y generalmente el primer jugador en felicitar a un compañero después de un cuadrangular. También es el que está al frente de la cueva animando a todos.

A los jugadores de Arizona les encanta la personalidad de Peralta y su amor por el juego, que no fue más evidente que en el primer partido de la serie de los Diamondbacks contra los Cardenales el lunes, cuando su entusiasmo y persistencia resultó en que Zack Greinke hiciera el gesto de "conduce el bus" desde la primera base después de un importante imparable.

"La energía es contagiosa", dijo Hale acerca de Peralta. "Siempre puedo contar con un muchacho en el equipo que cuando estamos muy callados en el dugout, le digo que comience a animar a todos".

La próxima meta para Peralta es lograr que Goldschmidt, quien demuestra poca emoción sobre el terreno, haga el gesto de "conduce el bus". Aunque logró que Greinke se diera por vencido, Goldschmidt representa una tarea más difícil.

"No", simplemente dijo Goldschmidt.

Sin embargo, Hale no duda que Peralta al final logrará convencer a Goldschmidt.

"Lo hará", expresó el timonel. "Pienso que Goldy casi lo hace después de un jonrón. Al menos he visto a Goldy sonreír más. Goldy lo hará".