Carcas.- Harold Castro acapara miradas por su inusual muestra de poder en los últimos dos encuentros de Detroit, en especial durante el desafío del jueves. En la quinta entrada, los Tigres anotaron su primera carrera con un jonrón solitario del venezolano que aterrizó en los arbustos que decoran el jardín central de Comerica Park.

Castro impactó con fuerza el primer lanzamiento –un sinker a 94,7 millas por hora- del abridor de los Atléticos de Oakland, Frankie Montas.

La pelota salió de su bate a 107 mph y recorrió 447 pies, la distancia más larga de un cuadrangular conectado por un miembro de los Tigres en casa durante 2021. Ni siquiera Miguel Cabrera, uno de los 28 peloteros en la historia de las Grandes Ligas con 500 jonrones, la ha sacado en lo que va de campaña por esa zona, de un parque poco favorable para los toleteros.

Akil Baddoo conectó un obús de 450 pies el 12 de abril, pero en Houston. De hecho, la ocasión más reciente en la que un pelotero de Detroit consiguió un cuadrangular de esas dimensiones en Comerica Park, se remonta al 22 de septiembre de 2019, cuando Jeimer Candelario envió una esférica a 448 pies de distancia del plato, según MLB.com.

Recientemente, Castro expresó su deseo de desplegar su poder en septiembre o al menos de tratar de poner el barril del bate en sus conexiones.

“Es lo que voy a tratar de hacer este mes”, le dijo el toletero zurdo a MLB.com. “Voy cargar temprano, cuando esté bateando, para tratar de darle duro a la bola”.

En la víspera, Castro había victimizado a su compatriota Yusmeiro Petit, uno de los mejores relevistas intermedios de las Mayores en los últimos cinco años, que llegó al desafío del miércoles con un FIP (Pitcheo Independiente de Fildeo) vitalicio de 4.09, por debajo del promedio de MLB (4.23) en 2021. El batazo se fue por la banda contraria.

“(El lanzador) Matt Boyd y yo estábamos sentados en el jardín central cuando vimos conecta un jonrón a Harold en la práctica de bateo”, dijo el manager A. J. Hinch después del desafío del miércoles, que ganó su club 8-6 contra Oakland. “Y me dije: ‘Este muchacho puede mantener la bola en el aire”.

Castro apenas suma ocho bambinazos en 209 encuentros, distribuidos en partes de cuatro temporadas, desde su debut en las Mayores en 2018, y antes de hilvanar dos juegos con vuelacercas por primera vez en su carrera, 60 de sus 69 imparables en la zafra eran sencillos.

“Harold nunca se rendirá”, apuntó Hinch. “No es que vamos a empezar a ver estos swings monstruosos. Pero puede conectar la bola. Lo hará con fuerza una que otra vez. Pero no olvidemos que se gana su dinero teniendo buenos turnos, siendo un artista del hit. Mucho mejor, cuando lo hace con poder”.

No en balde es apodado “Hittin’ Harold”. Pero Castro le pega con fuerza a la bola mucho más a menudo de lo que pueda pensarse. Suma 27 pelotas que han salido de su bate a 100 o más mph, más de las que han conseguido Niko Goodrum, Víctor Reyes, Zack Short, Jake Rogers o Derek Hill, de acuerdo con el periodista Jason Beck.

Por ahora, sus tres bambinazos le colocan a dos de su tope personal, conseguido en 2019, cuando también estableció una marca en su carrera de 354 turnos. Este año ha consumido 252 veces al bate.