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Ildemaro Vargas entró en la historia sin proponérselo

20/12/2021

Ildemaro Vargas Fotos: Prensa Cardenales

Alexander Mendoza | Prensa LVBP

Caracas.- Ildemaro Vargas no quiso emplear parte de su tiempo en revisar estadísticas o marcas. Al menos no lo ha hecho recientemente, mientras transita la mejor campaña de su carrera. Aseguró que una vez concluidos los juegos, se enteraba de lo que había hecho por sus compañeros o periodistas.

Ahora, seguramente se sentirá orgulloso cuando evalúe lo ocurrido durante poco más de un mes, cuando a diario fue sumando eslabones a su cadena de encuentros con hits, hasta superar la hilvanada por Teolindo Acosta, miembro del Salón de la Fama del Beisbol Venezolano, de 26, que databa desde la campaña 1958-1959, la más larga para un criollo en la historia de la LVBP.

El domingo por la tarde llegó al Estadio José Bernardo Pérez igualado con el infielder Hank Schenz, refuerzo del Venezuela, en la zafra 1952-1953, con una seguidilla de 27 encuentros con al menos un imparable, a un desafío del jardinero Adrian Garrett (Caracas, 1976-1977), dueño del registro absoluto del circuito en un campeonato.

Vargas, de 28 años de edad, falló en su primer turno con elevadito al tercera base Rayder Ascanio en territorio de foul, frente al zurdo Gabriel García. Pero luego del primer cero en la pizarra, Cardenales fabricó racimos de tres y cinco carreras, en el segundo y cuarto innings. Por el constante movimiento en las bases, “Caripito”, abridor de la alineación de Lara iba a tener varias oportunidades más para igualar el récord contra el atribulado pitcheo de los Navegantes del Magallanes.

Pero el hit no llegaba, mientras crecían las expectativas. En la novena entrada, en medio de una paliza de 13-0 y con dos outs, Alí Sánchez conectó el imparable 18 para los pájaros rojos y le dio a Vargas una sexta oportunidad en el plato, esta vez contra el relevista Arcenio León.

Los presentes en el parque valenciano lo auparon, sus compañeros le pedían calma y lo animaron. Solo que Vargas en cuenta de 0-2, después de un foul, bateó rodado al guante del inicialista Jackson Valera, para terminar con el tramo y su cruzada histórica por el registro de Garrett.   

Al final del juego, el camarero fue aplaudido tanto por sus cofrades, como por los peloteros de la nave, después que el mánager Carlos Mendoza le sustituyera a la defensiva en la segunda base por el novato Jermaine Palacios, a falta de un out para el final del partido. Tal vez el momento más emotivo de la 2021-2022.

En la víspera, contra el derecho de los Tigres de Aragua, Eduardo Figueroa, en el séptimo, Vargas –parado a la zurda- conectó un sencillo al jardín izquierdo del Estadio Antonio Herrera Gutiérrez, para superar a Acosta, que terminó su carrera de 23 temporadas con 1.289 hits.

En la temporada 1957-1958, con sólo 20 años de edad, el toletero zurdo marabino obtuvo su primer título de bateo, con .385 puntos de promedio, y fue bautizado con el mote de “El loquito que inventó el hit”, por el cronista Herman “Chiquitín” Ettedgui. Dos torneos más tarde, 1959-1960 fue cambiado del Pampero al Valencia, equipo con el cual logró su segunda corana de bateo, al ligar para .349 puntos y cimentó su estatus de estrella.

En la campaña 1968-1969 al desaparecer el Valencia juega, “El inventor del hi” pasó a los Llaneros de Acarigua y sucesivamente al Zulia, Aragua y Lara, equipo con el cual finalizó su carrera en el certamen 1978-1979.

 

Ildemaro Vargas reúne méritos para ser considerado para el premio Jugados Más Valioso

Vargas –ajeno a aquellos lejanos años que forjaron al circuito local- también superó la seguidilla de Sam Hairston (Vargas, 1950-1951), con 26 juegos con incogibles.

“Lo más bonito de todas las marcas que he roto es que no he estado bajo presión. Siempre me entero después. A cada pelotero que le dicen cuánto le falta, la presión lo termina dañando. No es mi caso, porque solo salgo a jugar para hacer ganar al equipo”, le declaró la semana pasada a la TLT.

El jueves, el estelar camarero del Cardenales se convirtió en el bateador ambidiestro con más desafíos al hilo con incogibles (25), de acuerdo con el periodista e investigador Tony Flores.

Días atrás había superado la marca de jonrones para un primer bate criollo en manos de René Reyes, desde la 2003-2004, con el uniforme de Leones del Caracas, con nueve. Más tarde dejó atrás el registro absoluto en ese lugar de la alineación de Steve Bowling, jardinero que también jugó con los Leones, pero en la campaña 1976-77, según Quality Sports.

Por si fuera poco, otro reporte de Flores dio cuenta que con los 11 vuelacercas de la figura de Lara también hizo añicos el récord para un camarero, que compartían Mike Goliat (Pampero, 1956-1957) y Alexi Amarista (Caribes, 2010-2011), con nueve.

Vargas le ha dado crédito por su monumental actuación al instructor de bateo Selwyn Langaigne, quien le aconsejó pararse más erguido en el plato y no abrir los hombros, antes de cargar para conectar la bola. Ahora, asegura, es más paciente al momento de consumir sus turnos, pues no le hace swing a cualquier pitcheo. “Busco un buen envío para batearlo y eso me ayudado a conectar con mayor contundencia mis batazos”.

Vargas aparece entre los líderes en jonrones (11), anotadas (36) y remolcadas (39), además de slugging (.567) y OPS (.942), lo que cimienta una sólida candidatura al premio Víctor Davalillo al Jugador Más Valioso. Pero el intermedista tampoco ocupa sus pensamientos en algo que no está en sus manos.

“Sigo trabajando. Los que saben de beisbol van a elegir quién se lo ganará”, indicó el oriundo de Caripito, sin aspavientos.

Entretanto, superar el registro de Teolindo Acosta, que de por vida en Venezuela dejó un average de .298 puntos, producto de 1.289 hits en 4.324 turnos, seguramente le llenará de satisfacción. Alguien le dirá que pasaron casi 63 años de aquella marca que parecía inalcanzable.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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EL DATO

La primera cadena de juegos con hits de importancia que se registró en la LVBP, de acuerdo con Daniel Gutiérrez y Javier González, en el libro Records: 1946-2006, la estableció Adolfredo González, el 27 de diciembre de 1947, con 19, vistiendo el uniforme del Venezuela. Un mes más tarde, en enero de 1948, le tocó el turno al legendario Guillermo Vento, tras ligar hits en 22 encuentros consecutivos, con el Cervecería. Años más tarde, en la temporada 1950-1951, Sam Hairston, receptor del Vargas y All-Star de las Ligas Negras, se hizo con el récord al hilvanar 26 compromisos con indiscutibles. En la campaña 1952-1953 apareció en escena el grandeliga Henry Schenz, importado del Venezuela, que completó registro de 27. En la 1958-1959, emergió Teolindo Acosta, uno de los mejores toleteros de su generación, para erigirse en el venezolano con la cadena más larga, tras fijarla en 26, defiendo los colores de los Licoreros del Pampero. Años después, otro ligamayorista Andrian Garrett, jardinero y bateador designado de Leones del Caracas, se hizo con la marca absoluta en una campaña, con 28. Fue la quinta y última zafra de Garrett en el país. El bateador zurdo fue todo un trotamundos. Sus viajes lo llevaron a muchos puertos y conectó jonrones en cinco países (Estados Unidos, Canadá, Japón, República Dominicana y Venezuela). Ganó cuatro títulos de cuadrangulares en tres Ligas Menores y cuando se fue al extranjero, encabezó la liga de invierno quisqueyana y terminó segundo en la Liga Central Japonesa.

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