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Las manos descubiertas de José Alguacil

31/01/2023

José Alguacil | Fotos: A. Van Schermbeek

José Ángel Rodríguez | Prensa LVBP

Caracas.- José Alguacil se confundió en un abrazo con el lanzador Silvino Bracho pocos segundos después del jonrón de oro de Harold Castro en el sexto juego de la Gran Final 2022-2023 de la LVBP. El glorioso caos se apoderó del terreno del Estadio Universitario, donde Leones del Caracas superó 7-6 a Tiburones de La Guaira, para obtener la victoria 50 de la temporada, la del título 21 en su historia.

La imagen del mánager con el relevista zuliano, quien lanzó tres entradas en blanco con solo 26 envíos, 22 de ellos en strike en el compromiso que les daría el gallardete, se repitió con la mayoría de integrantes del equipo capitalino sin distinción de rangos o roles, como se encargó de instaurar desde su llegada a la organización en marzo de 2021, apenas cinco meses antes del fallecimiento de Luis Ávila, quien fuera presidente del club y uno de los principales responsables para su nombramiento.

“Es algo especial, que todos los peloteros se me acercaran y dijeran que soy pieza fundamental, me hace sentir estupendo”, reconoció el estratega encargado de liderar al grupo que acabó con 13 años sin movimiento en las vitrinas de la franquicia melenuda, la más laureada del circuito. “Tanto los que estaban a diario en el lineup, como los que no jugaron se me acercaron para decirme que era un ‘caballo’, pero los verdaderos caballos son ellos. El que mira de afuera soy yo, ellos son los que tienen que jugar. Aquí hubo gente que jugó reventada, dieron el todo por el todo, con mucho corazón para lograr este campeonato”.

Su mano, siempre protegida por los característicos guantines, los mismos que decidió regalarle a un niño que se le acercó en medio de la celebración, se notó más que nunca en el certamen 2022-2023. Sería muy fácil resumirlo en el mejor récord de la ronda eliminatoria (36-17) y también del Round Robin (10-6), pero va más allá de lo evidente.

El Caracas terminó con el peor diferencial de carreras del todos contra todos (-19), además del promedio de carreras limpias más elevado (6.00) y por si fuera poco tuvo que sortear las ausencias de Freddy Fermín, Novato del Año y Jugador Más Valioso, y Anthony Castro, el Cerrador del Año.  José Rondón, el Productor del Año, sufrió percances de salud que le apartaron de la manada por algún tiempo. Pero, aun así, el club regresó a una disputa por el título luego de cuatro campañas. ¿Cómo lo logró?

“Esas respuestas se consiguen trabajando duro”, admitió a Carlos Valmore Rodríguez para IVC Networks el caraqueño de 50 años de edad, primer venezolano en titularse con la divisa desde Carlos Subero, en la 2005-2006. “Mientras muchos duermen o critican, yo estaba despierto trabajando para ver qué podíamos hacer”.

Una vez en la Serie Final, se cayeron Johnny Pereda y Wilfredo Giménez, originando el protagonismo detrás del plato de Juan Carlos Torres, una de las historias más extraordinarias del campeonato, que no hubiese sido posible sin la llamada que le realizó Richard Gómez, gerente deportivo, la madrugada del 5 de enero.

“Las críticas a veces son necesarias para dar los pasos. Siempre leo todo lo que es el Twitter e Instagram, las veo porque hay muchas críticas que contribuyen a tomar decisiones” reveló el capataz. “En lo que siempre he estado en desacuerdo es cuando entra la vulgaridad y la falta de respeto. Soy un hombre de respeto”.

Y si de algo están de acuerdo sus dirigidos, es en el factor decisivo que desempeñó el segundo en la votación al Mánager del Año del campeonato.

“Alguacil siempre ha sido el mejor mánager, para mí, el mejor” aseguró Wilfredo Tovar, el capitán no nombrado en la cueva avileña. “Lo más importante de todo, aparte de ser un gran dirigente, es que es como un hermano, como una familia”.

 

José Alguacil logró una gran conexión con sus peloteros y esa fue unas de las bases de su éxito

“Lo que hizo posible este título fue algo que creamos desde el principio de la temporada”, mencionó José Rondón. “Cambiamos el nombre de equipo, a familia, y eso es lo que somos. Si caíamos, lo hacíamos juntos, y si ganábamos, también.

“Cuando nos cambiaron a mi hermano y a mí, dijimos que íbamos a dar el todo por el todo para quedar campeones. Esto es un sueño hecho realidad”, dijo Orlando Arcia, sobre el momento en que se realizó el canje junto a Oswaldo desde Caribes de Anzoátegui.  “La armonía que vivimos fue clave, siempre estábamos contentos”.

En el último compromiso, Oswaldo salió de acción en el séptimo inning luego de negociar boleto a Arnaldo Hernández. El momento llamó la atención porque el slugger en un principio se negó a ceder su lugar al corredor emergente Juan Infante. No disimuló su molestia. Pero una vez triunfante, reconoció la decisión de su mandamás.

“Fue un momento muy difícil, pero fue lo mejor que pudo hacer, porque él estaba buscando algo más rápido en las bases”, recordó el mayor de los Arcia, quien se vio limitado por molestias en la pierna, para unirse de forma parcial a la lista de lesionados con Jhonny Pereda, Wilfredo Giménez y Ronald Herrera. “Le respeto cualquier decisión que tome”.

Alguacil se desbordó de emoción desde el sábado, 48 horas antes de la consagración. Esa noche, luego del lauro que dejó a solo un paso del objetivo soñado al equipo, lloró en la rueda de prensa postjuego al recordar el discurso de un pelotero que no quiso mencionar en público, a pesar de las insistentes preguntas luego del gallardete.

“Cuando estás cerca del retiro, quizás juegue dos años más, le dije a los muchachos que yo no sé si esta sea la última final mía, se me salieron las lágrimas. Pienso que ese fue el motivo para que los muchachos se levantaran y saliéramos al día siguiente (luego de dos derrotas seguidas) a dar el todo por el todo”, reveló Miguel Socolovich a Efraín Zavarce, y el secreto mejor guardado del bondadoso Alguacil quedó al descubierto.

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