Caracas.- Si la final 2017-2018 se convierte en una competición tan pareja como para necesitar del máximo de siete juegos, el campeón de la LVBP se conocerá durante la noche del domingo 28 de este mes. La solicitud de un nuevo monarca, después de la imposibilidad de Águilas del Zulia de repetir el cetro, está a punto de ser cumplida.

Los aspirantes son Caribes de Anzoátegui y Cardenales de Lara. Saben que entre ellos se disputará la lid decisiva desde principios de semana y que el enfrentamiento es inédito. Los primeros en ganar el derecho de estar en el desenlace fueron los pájaros rojos, el lunes, tras barrer en cuatro encuentros a Navegantes del Magallanes en las semifinales. La tribu tardó un día más. Necesitó de cinco compromisos para obligar a Leones del Caracas a decir adiós y obtener el envidiado boleto.

La paz durará poco más de 72 horas, lapso en el que los crepusculares se reforzaron con el zurdo mexicano Alejandro Soto, quien entró por el relevista Tiago Da Silva, y los aborígenes se hicieron con el también siniestro Logan Darnell, remplazo del dominicano Lendy Castillo.

Las hostilidades comenzarán este sábado, a las 6:00 pm, en el Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto, en donde también se celebrará el segundo choque, así como el sexto y séptimo juego, en caso de necesitarlos.

Los brazos que subirán la santamaría de la serie se definieron el miércoles. No hay ninguna sorpresa. El as Junior Guerra, grandeliga de Cerveceros de Milwaukee y adición en el draft previo a la postemporada, será el abridor del Cardenales. Por Caribes, el iniciador será Daryl Thompson, quien ha comandado la rotación del equipo durante toda la campaña.

Ambos tuvieron buenos desempeños durante la ronda regular y no bajaron el rendimiento en los playoffs. Guerra posee efectividad de 1.53 en la fase y Thompson de 2.45. ¿Pero qué tal si buscamos sus números vitalicios, contando eliminatorias y playoffs, de sendos escopeteros en el diamante larense? Al primero le ha caído bien el aire del lugar, el mismo de su hogar adoptivo en la ciudad, pues posee una efectividad de 3.63 en 44.2 innings. El estadounidense no goza de antecedentes tan exitosos. Su promedio de carreras limpias permitidas por cada nueve episodios es de 6.89 en 17.0 capítulos de labor.

SON DEL BATEO

Al investigar cuáles son los paleadores de Lara que mejor les fue contra Anzoátegui esta campaña, dos nombres destacan: Jesús Montero y Henry Urrutia. Sus promedios ofensivos fueron de .486 y .515, respectivamente, e impulsaron 14 y 11 carreras. También participaron en los nueve encuentros entre los conjuntos, y ayudaron a los crepusculares a ganar ocho de ellos.

El campocorto Juniel Querecuto también estuvo bien contra la Tribu. Además, a diferencia de los dos jugadores ya nombrados, viene de tener una buena semifinal. De hecho, fue el Jugador Más Valioso de la fase. En los siete careos que enfrentó a Caribes ligó para .323 y un OPS de .901.

El enemigo público indígena del pitcheo del Cardenales fue en inicialista Balbino Fuenmayor, quien bateó para .310 en 8 juegos de la ronda regular. El mérito de los crepusculares que lograron enfrentar al temido paleador con situaciones de bajo riesgo: el primera base solo pudo impulsar una anotación.

Otro madero temido es el experimentado René Reyes. En su dilatada trayectoria le ha ido bien en el Antonio Herrera Gutiérrez: .303 de average, 59 fletadas y 194 bases alcanzadas.

Esos son los argumentos de ambos en el papel, al menos en el inicio de la serie. La verdadera historia comenzará a escribirse en el terreno.