Caracas.- Freddy Galvis se reportó el jueves a la sede primaveral de los Padres en Peoria, Arizona, y aunque todavía debe familiarizarse con sus nuevos compañeros, su amistad con José Pirela lo hace sentir como en casa.

Galvis, que llegó a San Diego vía cambio, proveniente de los Filis de Filadelfia, comenzó a entrenarse temprano y tendrá que esperar al menos hasta el lunes, cuando está previsto que se unan al equipo el resto de los jugadores de posición para reencontrarse con el Águila Negra.

“Pirela es mi compadre”, comentó Galvis al Union-Tribune.

Hace un año, ambos fueron fundamentales en el campeonato alcanzado por las Águilas del Zulia, tras 17 campañas de sequía, y es muy probable que ambos estén en la alineación titular de los religiosos desde el Día Inaugural. Algo que, aseguró, fue un incentivo cuando se enteró del canje.

Galvis llegó para estabilizar el infield de San Diego y la organización aspira a que Pirela puede replicar el éxito que tuvo en 2017, tras exhibir una línea ofensiva de .288/.347/.490, con 25 dobles, 10 jonrones y un OPS de .837, en 310 turnos antes de dislocarse el meñique izquierdo en un deslizamiento en las bases, a mediados de septiembre.

El campocorto también tendrá cerca otra cara conocida. Se trata de Matt Stairs, quien fue su coach de bateo en Filadelfia y ahora viste el uniforme de San Diego.

“Es un tipo que quieres tener en el banco”, destacó Galvis, que le da crédito a Stairs por terminar con .309 de OBP en 2017, el mejor de su carrera. “Sabe cómo leer a los pitchers. Conoce casi todo sobre el bateo”.

Galvis, que ha aparecido en las últimas dos temporadas entre los finalista al Guante de Oro en la Liga Nacional, tendrá un peso importante en la estructura defensiva de San Diego, tomando en cuenta que los lanzadores de los Padres provocaron que los rivales conectaran por el piso el 47,5% de sus batazos, el tercer porcentaje más alto de las Grandes Ligas en 2017, incluidos los abridores Luis Perdomo (61,8%) y Clayton Richard (59,2%), quienes terminaron segundo y tercero, respectivamente, en ese renglón en el circuito.

“Aquí tienen pitchers que lanzan para contacto y roletazos, algo que me gusta. Quiero ser parte de ese juego todas las veces posibles. Si se producen 27 roletazos por mis predios, estaré feliz”.