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Felipe Vázquez: “Juego para que mi hermana esté tranquila“

15/04/2018

Felipe Vázquez Fotos: Alejandro Álvarez Camino

Alejandro Álvarez Camino | Prensa LVBP

Miami, Florida.- El número 73 de los Piratas de Pittsburgh tiene nuevo dueño. Bueno, la verdad no. La única variante es el apellido que lo enmarca. Rivero pasó a ser Vázquez, aunque el brazo de Felipe sigue siendo tan explosivo como antes.

El cambio de nombre del relevista bucanero, como ya dio a conocer el propio apagafuegos, se debió a un pedido expreso de su hermana, Prescilla Vázquez, quien lo convenció en diciembre, pero debido a una demora en los trámites legales, pudo hacerlo con la temporada ya comenzada.

“Hemos estado hablando de eso desde hace mucho tiempo, pero nos decidimos ahora. O me decidí yo, porque ella ya quería hacerlo desde hace 10 años”, explicó el cerrador, autor de 21 rescates en 2017. “La idea era hacerlo para el Día Inaugural o antes, en la primavera para que el equipo supiera y vendieran las camisetas con el nombre de Vázquez. Por eso le pedí disculpas a los fanáticos”.

El relevista salvó su primer encuentro de la temporada como Vázquez el martes y antes del inicio de la jornada del domingo sumaba cinco rescates para los Piratas.

El cambio de apellido del zurdo no sólo tomó por sorpresa a la prensa de Pittsburgh y los aficionados del equipo, sino a su madre, Omaira Blanco de Rivero.

“No sé de dónde salió esa hermana. Hace cinco años que no veo a mi hijo”, declaró la progenitora de Vázquez al portal BeisbolPlay. “Él se llama Felipe Javier Rivero Blanco, porque su papá es Felipe Santiago Rivero y yo, que soy su mamá, me llamo Omaira Blanco de Rivero. Vi esa noticia en Google y me parece que es algo circunstancial, una decisión en la que yo no me meto porque esa es su vida”.

Incluso, según reportes, el yaracuyano podría cambiar hasta su dorsal, ese que lo ha acompañado desde su estreno en las mayores con los Nacionales de Washington en 2015. “Son decisiones, y ella (su hermana) es la que las toma. Yo juego para que ella esté tranquila. Si ella me dice, cámbiate la gorra y póntela para atrás, yo me la pongo para atrás”, comentó entre risas Vázquez.

De acuerdo con las leyes venezolanas, Vázquez sigue teniendo el nombre con el que fue bautizado en su natal San Felipe, pero en el terreno de juego, lo que realmente importa es su capacidad para cerrar partidos, algo que le ha convertido en figura de los Piratas y en uno de los taponeros más destacados de las Grandes Ligas, desde que asumió ese rol a tiempo completo en junio de 2017.

 

EL RITMO LO PONE ÉL

Lo que no ha cambiado Vázquez es su singular personalidad. Sólo con entrar al clubhouse de los Piratas y ver al relevista colocando la música para todos sus compañeros, es imposible no contagiarse con el ambiente que les ha permitido a los Piratas arrancar con buen pie la campaña, pese a los malos presagios.

“A veces los cambios pueden ser negativos como pueden ser positivos”, dijo Vázquez sobre los movimientos de la organización en temporada muerta, luego de la salida de peloteros destacados como Andrew McCutchen o Gerrit Cole. “Al ser la mayoría jóvenes, estamos muy motivados y salimos a divertirnos”.

“Yo compré unas cosas de DJ, los platos, la bocina, y le pongo música a los muchachos, y ellos empiezan a brincar, a bailar, a pedir canciones”, continúa con su relato el relevista. “Con tal que se activen y no salgan al juego dormidos, ponemos lo que haga falta. Es muy diferente al año pasado, porque estábamos muy callados”.

 

Felipe Vázquez no ha desperdiciado oportunidades de salvar en la temporada

 

GÉLIDO COMIENZO

En lo personal, el apagafuegos no tuvo su mejor estreno en 2018, al permitir cuatro carreras en su primera salida, pero desde entonces apretó su brazo y ha estado intraficable como de costumbre. “No di el mejor primer paso en la temporada, pero luego he ido estableciéndome”, apuntó el zurdo, que en sus últimos seis desafíos ha recorrido 6.1 innings en blanco en los que ha aislado cuatro hits y un boleto, por siete ponches. En ese lapso ha convertido las cinco ocasiones en las que ha tenido la oportunidad de salvar y sus oponentes apenas le batean para .182 de promedio.

“Ese primer día no me sentí cómodo. Te soy sincero, no tenía frío, pero no sentía los dedos en la pelota. Ya a los dos días, cuando salvé los dos juegos, hice lo mío porque el equipo necesita a su cerrador del año pasado. En esos dos juegos volvió”, aseguró el reserva de los Leones del Caracas en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.

Como único cerrojo venezolano activo, el zurdo tiene el rol desde el inicio de la zafra por primera vez en su carrera, por lo que, tal vez, estará pensando en unirse al club de criollos con 40 rescates en una temporada, conformado exclusivamente por Francisco Rodríguez y Ugueth Urbina.

“En realidad no”, responde el candado de los Piratas, de 26 años de edad. “Mi meta es ayudar al equipo a ganar la mayoría de los juegos que se puedan. Si no puedo llegar ni a 20 salvados, pero vamos a la Serie Mundial, considero que el trabajo se hizo. Estamos jugando para divertirnos. Como yo le digo a los muchachos: ‘salgan a matar, y no esperen a que los maten’”.

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