Caracas.- Los Ciclones de Brooklyn, sucursal de Clase A Corta de los Mets de Nueva York, le dieron permiso a Edgardo Alfonzo para que se ausentase unas horas de sus responsabilidades de manager. No fue para atender un evento desafortunado ni mucho menos, todo lo contrario. El ex camarero iba a ganar la inmortalidad para la pelota de Latinoamérica.

En La Romana, República Dominicana, el otrora educado bateador fue exaltado al Salón de la Fama del Beisbol Latino, junto al boricua Jorge Posada, el mexicano Vicente Romo, el cubano Tony Taylor y el dominicano Vladimir Guerrero.

“La ceremonia estuvo muy buena. Como dije en ese momento, tantas luminarias que han pasado por ahí, tantos latinos y compatriotas, como (Luis) Aparicio, (Andrés) Galarraga, (Omar) Vizquel; y escuchando las historias de todo lo que pasó mucha gente para jugar en Grandes Ligas para abrirle las puertas a Latinoamérica, cada quien en su país, es un galardón tremendo”, dijo Alfonzo en un comunicado enviado por Cárdenas Sports Media. “Esto significa mucho para mi carrera, porque uno estaba pendiente nada más de jugar beisbol, sin pensar en lo que iba a pasar más adelante”.

Alfonzo alcanzó el estrellato con los Mets de Nueva York, con los que bateó para promedio de .292 y .812 de OPS en ocho campañas. Luego despuntó con los Gigantes de San Francisco, se uniformó con los Angelinos de Los Ángeles y terminó su carrera con los Azulejos de Toronto. En Venezuela fue el emblema de los Navegantes del Magallanes y se retiró con los Tigres de Aragua. Ganó dos veces el Regreso del Año de la LVBP (2007-2008 y 2011-2012).