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Pablo López valora su experiencia con los Marlins

03/09/2018

Pablo López Foto: Marlin Maniac

Alejandro Álvarez Camino / Alexander Mendoza | Prensa LVBP

Miami.- Pablo López se enteró este fin de semana que su temporada terminaría antes de lo esperado. Una resonancia magnética reveló que tenía un tirón en el hombro derecho y los Marlins lo inscribieron en lista de lesionados de 60 días por precaución.

El alto mando de Miami esperaba que el novato, uno de los pocos puntos brillantes del equipo en la segunda mitad de la temporada, pueda estar de regreso saludable durante los entrenamientos de primavera de 2019.

López, de 22 años de edad, debutó en las Grandes Ligas el 30 de junio, luego de comenzar la campaña en el Jacksonville (Doble A) y más tarde recibir una promoción al New Orleans (Triple A). Un recorrido que el zuliano califica como enriquecedor y que le ha ayudado a crecer como profesional.  

“La experiencia ha sido muy bonita desde el primer día”, aseguró el derecho, durante la última serie de los peces en el Marlins Park. “Todos los jugadores se aseguran que uno se sienta cómodo desde el primer día. Motivan a los novatos, diciéndonos que están allí para respaldarnos, para apoyarnos”.

López, originario de Cabimas, respondió a la confianza con récord 2-4, 4.14 de efectividad y 1.26 de WHIP, en 10 inicios. En sus últimas dos aperturas, pese a que su equipo perdió ambos juegos y el criollo salió con balance de 0-1, dejó un promedio de 1.54 carreras limpias, tras espaciar 13 hits y dos anotaciones merecidas, en 11.2 innings.

“Siempre sentí la motivación de nuestros entrenadores a buscar formas de mejorar. Siempre tratando de aprender cosas nuevas, cada día”, explicó. “En cualquier aspecto se puede mejorar (en las Mayores). Puedes mejorar tus rutinas, tus lanzamientos, cómo entrenas o el programa de pesas. Eso es algo que me ayudó muchísimo este año”.

“Tratar de saber qué es lo que le funciona a mi cuerpo y qué no, al momento de estar en el montículo. Es algo que debo agradecer a los Marlins. Aquí nos dan a todos los recursos que necesitamos para tratar de desarrollar nuestras habilidades y nuestra mente, al momento de preparar cada partido”, abundó.

López analiza, desglosa su experiencia, sin perder detalles. Habla pausado y sonríe. Nunca pierde el aplomo. De no ser por los giros del destino, tal vez hubiese usado esa manera diáfana y directa para comunicarse con sus pacientes, en un consultorio médico.

Justo antes de ser seducido para siempre por los diamantes, López había sido aceptado en la facultad de medicina de la Universidad del Zulia para seguir los pasos de su padre.  

“Eso fue poco después de terminar el bachillerato, pero al mismo tiempo la organización de los Marineros de Seattle me ofreció la oportunidad de jugar beisbol y me incliné por la pelota, pues era una oportunidad única y aquí sigo”, apuntó.

“Mi papá es mi ejemplo a seguir, siempre lo ha sido. Es médico. Así que fue una decisión difícil aquella oportunidad en la que firmé. Pero, al mismo tiempo, me apoyó en mí decisión”.

Seattle reclutó a López el 4 de julio de 2012 y cinco años más tarde, el 20 de julio de 2017, lo cambió, junto con Brayan Hernández, Brandon Miller y Lukas Schiraldi, a Miami por David Phelps. Desde entonces, el criollo siempre se destacó en el sistema de granjas de los Marlins.

Durante esos años y ahora como grandeliga, su padre ha sido su gran respaldo.

“Como todo padre, quiere que a sus hijos les vaya bien. Así que me hace saber su opinión sobre lo que debo hacer y cómo puedo mejorar. Las cosas en ocasiones se ven mejor desde las gradas, que desde el terreno y me brinda su perspectiva, sus consejos. Y yo lo escucho”, aseguró el tirador, que en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional es reserva de Águilas del Zulia.

“Él es de la vieja escuela y aunque ahora hay muchas estadísticas avanzadas en las que puedes apoyarte, creo que es bueno también tener esa visión del juego”.

 

En sus últimas dos aperturas, López dejó un promedio de 1.54 carreras limpias en 11.2 innings

A López le tocó lanzar con un equipo que atraviesa por una profunda reestructuración, luego que el propietario del club, Jeffrey Loria, decidiera vender la organización al grupo encabezado por Derek Jeter y el empresario Bruce Sherman por 1,2 billones de dólares, en agosto de 2017.

Esa situación puede ser una desventaja para algunos peloteros, pero el joven recluta disecciona y extrae lo positivo, con precisión quirúrgica.

“Tenemos un grupo de muchachos que son buenos jugadores, pero mejores personas, que llegan con hambre de mejorar y dejarlo todo en el terreno. Siempre salen a competir y nos dan una oportunidad de ganar los juegos. Nos ayudamos como equipo y nos mantenemos compitiendo. Eso es lo importante”.

Para un novato competir sin la presión que puede generar estar en un equipo en carrera por la postemporada, puede ser beneficioso de cara al futuro. Se trata de una zafra de aprendizaje y nunca pierde la oportunidad de valorarla como enriquecedora. Pese a los pocos aficionados que compran boletos en el parque de la Pequeña Habana, ha sido todo un viaje, lucir los colores de los Marlins.

“Tal vez en un equipo que haya estado en la postemporada y aspire a regresar a los playoffs, debe haber mayor presencia de aficionados en el estadio y la presión de buscar el campeonato. Pero aquí hay mucha presencia latina, que nos viene a seguir en casa en todos los partidos. Me tocó lanzar el día de la Herencia Venezolana y sentí el calor de todos esos compatriotas. Fue una coincidencia muy bonita. Mi familia pudo venir al partido. Fue una motivación adicional”.

El manager Don Mattingly respiró tranquilo al ver los resultados de las evaluaciones médicas de López. Durante el receso de temporada se someterá a un programa especial para estar listo en un 100% y poder competir por un puesto durante la primavera. Una organización como Miami, necesita a jóvenes como el criollo, listos para el futuro inmediato.

 

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