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Andrés Machado fue la revelación de la postemporada

27/01/2021

Andrés Machado Fotos: Prensa Caribes de Anzoátegu

José Luis López | Prensa LVBP

Caracas.- Andrés Machado, lanzador de Caribes de Anzoátegui, puede definirse como la revelación de la postemporada en la campaña 2020-2021 de la LVBP.

El lanzador tuvo tres aperturas entre las series Semifinal y Final, con dos triunfos y un revés. Ganó un juego clave en la semifinal y en la serie decisiva sacó de un apuro al manager Mike Álvarez.

La temporada que acaba de finalizar ha servido de mucho para este tirador derecho. Que solo tuvo fugaces relevos en las temporadas 2013-2014 y 2017-2018, cuando pertenecía al Cardenales de Lara.

En 2017, con 24 de edad, llegó a las Mayores con los Reales de Kansas City. Allí se tomó un café de dos relevos que sumaron 3.2 innings con 22.09 de efectividad.

Parece que los primeros pasos de Andrés siempre conllevan tropiezos. En su año de estreno con Cardenales, en un relevo dejó promedio de carreras limpias aceptadas de 40.50, al encajar tres carreras limpias en una única aparición de 0.2 innings. Su segunda experiencia con los pájaros rojos ocurriría en la zafra 2017-2018, donde terminó con balance de 1-2 y 5.40 de efectividad, al cabo de 17 relevos. Luego desaparecería de los diamantes locales hasta llegar la temporada que acaba de concluir. En ella cerró con marca de 2-1 en seis aperturas con Caribes. En materia de efectividad le fue mucho mejor al registrar 3.20.

El derecho llegó a la Tribu exactamente seis días antes de iniciarse la contienda 2020-2021, en un canje que envió a tierras larenses al jardinero Gorkys Hernández.

Sin embargo, Mike Álvarez, entonces instructor de pitcheo de Caribes, trabajaba con antelación con Machado, exactamente desde el pasado abril. Álvarez sabía que Gorkys había pedido cambio al equipo cardenal y había recomendado que la transacción girara alrededor del lanzador derecho.

“Mike y yo empezamos a establecer un plan de trabajo, en el cual le solicitaba que deseaba ser abridor. Como ya era agente libre y no habría trabajo en Ligas Menores por causa de la pandemia, quería aprovechar la temporada en Venezuela para acumular un buen número de innings. Y eso no me lo podían dar los relevos”, razonó el lanzador. “Abrir y relevar son dos trabajos diferentes. Y Mike me ofreció su ayuda para hacer sin traumas la transición, lo cual se logró con éxito”.

Machado analiza las causas de su buena temporada con Caribes. Sus secretos no son inexpugnables.

“Mi sistema de trabajo en el montículo es sencillo. Me enfoco ante cada bateador y trato de dominarlos con la menor cantidad de pitcheos posibles. Mi meta no es ponchar bateadores. Mi meta es concentrarme en salir de mis adversarios tan rápido como sea posible”.

Para ello, el lanzador cuenta con un arsenal donde aparece la sinker como pitcheo dominante, la cual mezcla con slider, cambio y dos tipos de recta: las de dos y cuatro costuras.

 

Andrés Machado llegó a la Tribu procedente de Cardenales, a cambio de Gorkys Hernández

“Con Mike, al llegar a Venezuela, tuve que trabajar la slider. Y es que ese pitcheo parecía más una recta cortada y por ello no podía utilizarlo en situaciones puntuales, pues corría el riesgo de no confundir al bateador. Mike me enseñó cómo ponerle más veneno a ese envío para que cayera mejor y lograra el objetivo. Eso ayudó mucho en mi mezcla de lanzamientos”, confesó Machado, quien no encontró mucha diferencia entre los bateadores de Navegantes del Magallanes y Cardenales de Lara, sus antagonistas en la postemporada.

“Ambos equipos tenían buenos bateadores. No puedes descuidarte con ellos. Cualquier error te lo hacían pagar caro. Por ello, enfrentarlos demandaba mucha concentración”, reconoció Andrés.

Contra Magallanes, en la instancia semifinal, llevó adelante dos aperturas, en las cuales salió con marca de 1-1.

En su primera salida sucumbió 2-1, en duelo contra el experimentado Wilfredo Boscán. Sin embargo, en ese juego logró lo que cada día parece convertirse en una rareza en nuestra liga: cubrir siete innings. En ese trabajo de solo dos carreras, aceptó nueve hits, no obsequió boletos y fiel a su filosofía solo ponchó a tres.

Su segunda apertura semifinal envolvió un gran reto y una enorme responsabilidad. El equipo regresaba a Maracay, luego de salir de Valencia abajo 3-2 en la serie. Caribes no tenía mañana. Tenía que ganar sí o sí para forzar un séptimo y decisivo juego, que le permitiese seguir en carrera.

Machado aceptó una carrera en cada uno de los dos primeros innings. Pero luego apretó el brazo hasta el sexto acto. En el camino, sus compañeros reaccionaron al bate y voltearon la pizarra para imponerse holgadamente 8-2.

Andrés aceptó cuatro hits, concedió tres boletos y pasó a dos enemigos por la guillotina. Por cierto, su máximo de abanicados para un juego en toda la temporada fue de cuatro.

“Los ponches no me quitan el sueño”, expresó tajante. “Lo mío es dominar a los bateadores con el menor número de pitcheos posibles. Ello te permite cubrir mayor distancia con menos envíos”.

Un filósofo del montículo, sin duda.

Cuando iba a comenzar la Gran Final el viernes 22 de enero en Barquisimeto, Mike Álvarez no tenía un lanzador para el juego del sábado, segundo de la definitiva confrontación. Sin embargo, pensaba en Machado, quien había lanzado el martes los 5.1 innings de su segundo trabajo semifinal contra Magallanes.

“Mike me propuso salir el sábado a realizar solo 60 pitcheos. Le dije que ese viernes tiraría algunas pelotas. Lo hice, me sentí bien y le dije: cuenta conmigo para un máximo de cinco innings y que los muchachos del bullpen rematen el trabajo. Así salí a lanzar el segundo de la Serie Final contra Cardenales”.

Andrés Machado cubrió cinco innings en blanco. Redujo a un hit a la difícil toletería larense, que no recibió boletos y se llevó dos ponches. Enfrentó a 16 bateadores, tan solo uno más del mínimo requerido para liquidar cinco entradas.

“Confieso que me cansé. Al final de ese quinto inning, de mutuo acuerdo con Mike, acordamos que había llegado la hora del bullpen”.

Andrés había realizado 55 envíos, de los cuales 37 habían caído en zona buena. Mi siquiera llegó a los 60 envíos planificados para cubrir la ruta trazada en principio.

Por esa razón, después que el juego se definió en 11 innings por la mínima diferencia de 1-0, a la hora de buscar los héroes de esta victoria, Mike Álvarez no cesaba de repetir: “No olviden el gran trabajo de Andrés Machado”.

 

Andrés Machado aspira a que la vitrina de la LVBP le vuelva a abrir las puertas del beisbol organizado

Por supuesto, que todo lo relatado acá, ha sido evaluado por otras miradas. Y Andrés tiene pretendientes en el beisbol organizado.

“Mi agente está en conversaciones con algunos clubes. Pronto debo tener una respuesta. Cuando llegué a Grandes Ligas hace casi cuatro años, no era un jugador maduro. Hoy, a mis 27 años, cuento con mayor experiencia. Ahora domino cosas del juego que antes no conocía. Merezco una nueva oportunidad y lucho por ella”.

El carabobeño también agradeció parte de su éxito a otro nativo de ese estado central.

“Durante los meses de inactividad en Estados Unidos, cuando golpeó fuerte la pandemia, Salvador Pérez practicó mucho conmigo y me dio valiosos consejos, que al igual que los brindados por Mike Álvarez, me han ayudado a mejorar mucho como lanzador. En esos días, Salvador se preparaba para regresar a los Reales y nos ayudábamos mutuamente. Me alegra que tuviera tanto éxito que terminó como Regreso del Año en la Liga Americana. Ahora espero que esa suerte me arrope y me permita demostrar en el beisbol organizado que puedo hacer grandes cosas”, señaló el lanzador, con fuerte carga de optimismo. El mismo que exhibe cuando se le toca el tema de su inminente viaje a la Serie del Caribe.

“Estaré con el equipo en Mazatlán y mantendré la misma actitud de trabajo e idéntica filosofía que mostré en esta temporada. Todo en función de que Caribes pueda traerse el título desde México. Es un anhelo que compartimos todos en el club”, concluyó el jugador revelación de la postemporada LVBP 2020-2021. 

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