Caracas.- David Peralta sacudió un doble impulsor el domingo, en el inicio de la Liga del Cactus. Fue apenas el primer encuentro de exhibición de los D-backs de Arizona y terminó en una derrota para los desérticos 5-2, contra los Rockies de Colorado, pero tal vez sea un buen augurio para el jardinero valenciano, que aspira a retomar su rendimiento de 2018.

A finales de la temporada 2019, Peralta se sometió a una cirugía en el hombro derecho. El procedimiento, para limpiar la articulación acromioclavicular, redujo su capacidad para fortalecerse y prepararse con miras a la anterior zafra. Ahora libre de esas secuelas, retomó sus rutinas habituales durante el invierno pasado.

“Siempre te dicen que estás bien, pero se queda en tu mente”, comentó Peralta a MLB.com. “Tienes que tener mucho cuidado”.

Pese a ese condicionante, la atípica campaña de 2020 fue productiva para el venezolano. Exhibió una línea ofensiva de .300/.339/.433, con cinco jonrones y 34 remolcadas, en 54 juegos. Algo que no evitó que se afanara al máximo en su acondicionamiento físico.

“Durante la temporada baja, era libre de hacer lo que quisiera, y estaba haciendo cosas diferentes para mejorar y fortalecer mi hombro, mi cuerpo, piernas, caderas y todo”, reveló Peralta. “Solo estaba tratando de esforzarme hasta el límite y ver qué puedo hacer para estar en mejor forma y ser más fuerte. Obviamente, estaba buscando mejorar”.

En 2018, ganó el Bate de Plata, tras largar 30 vuelacercas, impulsar 87 carreras y mostrar un OPS+ de 127, en su primera cosecha de 600 o más apariciones legales (614).

“Estoy completamente sano. Esto es lo que estoy buscando. Cuando estoy sano, sé que puedo ayudar mucho a este equipo. Me emociona este nuevo año”, enfatizó.

El toletero zurdo también mencionó, según el Arizona Republic, las dificultades relativas al distanciamiento social, el aislamiento y “la falta de cohesión provocada por las circunstancias”. Así que se vio limitado en la interacción con sus compañeros, algo que ha sido clave para él y Arizona, por su ascendencia en el dugout.

“Para mí, ha sido difícil”, puntualizó el patrullero, de 33 años de edad. “Odio decir eso, porque odio esa frase, pero es lo que es. Ojalá pudiera ser diferente. Solo tienes que lidiar con eso. Y sé que en algún momento va a mejorar”.